PEDALEANDO ALMA,
CRECER LA CONCIENCIA EN BICICLETA
Observar la naturaleza e integrarse con el entorno.
Jardín/Antioquia
Quienes vivimos en el Suroeste, cada vez somos más conscientes de la calidad humana de las personas de nuestra región, de la riqueza de sus diferentes expresiones culturales, climas y abundante biodiversidad. Precisamente, esa es la intención de Pedaleando Alma: promover en los cicloturistas el conocimiento integral del territorio, para generar en ellos además de apropiación, respeto por el mismo. Lo hacemos a través del contacto con la naturaleza, reconociendo las zonas rurales y remotas de los diferentes pueblos, viviendo además de una aventura, un intercambio cultural con quienes habitan esta subregión.
Viajamos con grupos de ciclistas y por medio de estas travesías hacemos inmersiones en los territorios normalmente en épocas diferentes a puentes, vacaciones y otros similares. En ese sentido aportamos a la economía local y el bienestar de la comunidad de varias formas:
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- PEDALEANDOALMA: CRECER LA CONCIENCIA EN BICICLETA
- Diversificando la economía regional. Creando empleo y demandando la cualificación de guías.
- Descubriendo y compartiendo el patrimonio cultural material e inmaterial.
- Promoviendo el intercambio cultural entre residentes y visitantes.
- Promoviendo la conservación del patrimonio histórico y de biodiversidad.
- Generando mayor conciencia en la población local y en los turistas sobre la necesidad de proteger el medio ambiente.
- Incrementando el turismo en temporada baja y aumentando la estadía de turistas en las regiones.
Quienes viajan con nosotros en bicicleta por lo general tienen desarrollada una fuerte conciencia ambiental, disfrutamos simplemente de observar la naturaleza. Nos desplazamos autónomamente y de manera respetuosa, sin impactar los lugares visitados, y así se lo indicamos a cada uno de los viajeros que nos acompañan. Se trata más de descubrir y contemplar el territorio y los seres que en él viven, de sentir los diferentes climas con el cambio de altura y la abundante naturaleza de los lugares a los que vamos.
Somos muy respetuosos de cada arroyo, quebrada o río que encontramos en el camino. Descubrimos intrínsecamente como pequeñas fuentes de agua se convierten en grandes ríos, los seguimos y cruzamos por kilómetros, aprendemos durante los viajes sobres sus cambios e impactos. Bebemos de algunas de esas aguas, en ellas nos bañamos y siempre la regla es dejar todo igual o mejor de como lo encontramos.
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“EL HECHO DE VIAJAR EN BICICLETA POR DÍAS O SEMANAS, GENERA ADEMÁS DE CONOCIMIENTO, SALUD Y ALEGRÍA, SENSACIONES INTERNAS POSITIVAS”